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Desde el mes de abril, he empezado a salir a caminar casi a diario y reconozco que me he “enganchado” a este ejercicio tan simple. Primero porque me permite salir, cambiar el entorno y dejar por un momento las obligaciones (cosa no tan obvia hace unos meses). Segundo, porque me permite dedicarme un rato a mí misma para planificarme mentalmente las cosas que quiero hacer ese día, o para ir escuchando un podcast sobre algún tema que me interese y así mejorar mi formación, o para ir escuchando la radio, sin más, o para simplemente desconectar y tener un rato de tranquilidad, o para ir charlando con alguien que se apunte.

Ahora en verano, que tenemos más tranquilidad y los días son más largos, os animo a iniciar esta práctica, porque si además, caminamos por la orilla del mar, o por una bonita montaña o por el campo, disfrutaremos mucho más.

 

Prevenir casi todas las enfermedades crónicas es tan fácil como caminar.

 

De acuerdo con la revista Medicine and Science in Sports and Exercise, caminar reduce el riesgo de sufrir cualquier enfermedad crónica. Desde el dolor de las articulaciones, a los problemas cardiacos y vasculares, además de la obesidad, el estrés o la depresión.
Aunque en los últimos tiempos, correr está muy de moda, muchos profesionales de la salud prefieren que caminemos, sobre todo si no tenemos una condición física excelente. Caminar exige menos a las articulaciones, pero si lo hacemos a buen ritmo, nos aporta todos los beneficios de una actividad aeróbica.
Y, además, no hace falta una equipación especial, aparte de un buen calzado. Para cada desplazamiento que debas realizar, valora si el simple hecho de ir a la oficina, salir a comprar el pan, a recoger a los niños, etc puede convertirse en un momento para realizar ejercicio, que tanto beneficia a nuestra salud física y mental.

 

LOS PRINCIPALES EFECTOS POSITIVOS DE CAMINAR PARA TU SALUD

Estos son los principales beneficios (aunque hay muchos más) que puedes obtener de caminar a diario y, si es posible, a buen ritmo (cada uno al que pueda):

1. Fortalece el corazón. Caminar a paso ligero durante media hora reduce la presión arterial y reduce el riesgo de sufrir un infarto en un 27%.
2. Controla el peso. Se consumen calorías y se producen cambios a nivel metabólico. El efecto es proporcional a la velocidad.
3. Conserva la memoria. Previene la degeneración del hipocampo, zona del cerebro relacionada con la memoria y el aprendizaje. Reduce hasta un 40% el riesgo de sufrir enfermedades neurológicas.
4. Huesos más resistentes. Se fortalecen (se fijan los minerales que los componen) con cada paso que das. Las articulaciones también se benefician.
5. Tonifica los músculos. Las piernas se tornean y se fortalecen los glúteos, los músculos de la espalda, el abdomen y los brazos. Es un ejercicio completo.
6. Mejora el humor. Se segregan endorfinas que producen euforia. Cuanto más intenso es el ejercicio, más potente es el efecto.
7. Reduce el azúcar. Una breve caminata después de cada comida reduce el riesgo de sufrir diabetes.
8. Estimula el sistema inmunológico. Hacer ejercicio en el otoño e invierno te protege frente a resfriados, gripes y durante todo el año, de otras posibles enfermedades.
9. Favorece el sueño. Sobre todo si caminas cada día al aire libre a primera hora de la mañana.
10. ¡Y alarga la vida! Una caminata diaria alarga la vida una media de ¡siete años!, según la Universidad de Saarland (Alemania).

Espero haberte ayudado a ver las ventajas que tiene el simple ejercicio de caminar, ¿te apuntas?

Eloísa

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